miércoles, 25 de noviembre de 2009


Como en la antigüedad, un grupo de karatecas se dirigia a su entrenamiento diario junto a su maestro. Caia la tarde sobre las casas bajas, los caminos de tierra y los campesinos que retornaban de su jornal.
Los aprendices caminaban caminaan rodeando al maestro para oir mejor lo que el les comentaba como al pasar pero siempre con la intensión que les llegue el mensaje.
Un marginal dado a la delincuencia pasa junto a un hombre y le roba la billetera. El delincuente corre para irse con lo robado y el hombre solo grita desesperado.

Al poner un par de metros de distancia entre la víctima y el ladrón, él ya se siente seguro de haber logrado su cometido.

En su carrera por alejarse se cruza con un grupo que venía por el mismo sendero en dirección contraria, al ver que hay poco paso para su huida, trata de embestir a uno para derribarlo y abrirse paso.

Esquive rápido y certero tsuki en la nuca antes que termine de pasar.

El aprendiz reaccionó con lo que entrena en el Dojo, derribando al ladrón y recuperando la billetera.

Los protagonistas de este relato épico, son los integrantes del Bushinryukan Dojo. Que siguiendo la dinastía samurai del Karate-Do, estan logrando servir a su comunidad como reza el Dojo Kun.
Sucedió hace muy pocos días en la ciudad de Córdoba y es necesario destacarlo para resaltar las enseñanzas del Dojo.

OSS

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